CHAU...ADIOS A LA LIBERTAD EN BLOG

ESTE ES MI NUEVO SITIO,(todavía en construcción),AL CUAL ME TRANSLADO,
CUANDO BLOGGER APLIQUE CENSURA. GRACIAS.

MIENTRAS PUEDA SEGUIRE EN ESTE BLOG

viernes, 16 de marzo de 2012

Testimonio: «Mi Despertar a Otra Realidad»

A continuación, un nuevo testimonio que ha sido enviado a mi correo, bajo petición de anonimato, con fines de divulgación de una Realidad que convive con la nuestra, interfiriendo a veces con la Realidad Consensual de la Humanidad. El texto ha sido mejorado un poco en cuanto a signos de puntuación, y cosas así, sin cambiar las palabras del texto original.


Leí sobre el caso KERYAC. Al igual que él, te pido no divulgues mi nombre, ni mi correo electrónico, por favor. Yo tengo mi propia historia de secuestros por parte de los reptiles, los grises, los insectoides y también las razas de Luz, algunas pertenecientes a la confederación de Luz, como los Sirianos, Pleyadianos y Felinos.

Soy una mujer, ama de casa de 38 años, con 2 hijos, que no tiene razón alguna para inventar semejante cosa. Mi esposo es un alto ejecutivo en la industria automotriz, así que no busco nada, ni siquiera hablar sobre el tema, y menos aún que se me relacione con él; solamente contar mi historia en el total anonimato, y que la gente sepa que nos podemos defender.

He podido parar la abducción, pidiendo la ayuda de Dios, de mi Ángel Guardían, de alguna persona a la que amo, incluso de la misma confederación de luz, con sólo pensarlo. He podido, incluso, protejer a mis hijos ya que a ellos se los han llevado también. Ellos no lo recuerdan, pero yo sí. Por esa razón he sido seriamente amenazada por los reptiles para dejar de hablar, han mandado a los famosos hombres de negro a mis sueños, han borrado parte de mi memoria con ese fin, se han inmiscuido en mis cuentas de internet, o incluso bancarias, para que deje de hablar o buscar ayuda.

Yo no tenía idea de los contactos, hasta hace apenas 2 meses que comencé a recordar lo que para mí habían sido sueños extraños toda mi vida, desde que tenía aprox. 6 u 8 años. El primer contacto fue con los de luz, lo recuerdo bien. Si eres una persona seria y te interesa lo que tengo que contar, contéstame. Sólo mantendré comunicación contigo por este medio ningún otro. Como te dije, no voy a darte mi nombre, ni mi ubicación. Sólo sabrás que soy Mexicana, y vivo en la República Mexicana por el momento. Quiero que sepas que las muchas partes de lo que cuenta este señor en su relato de KERYAC, yo lo viví, es REAL. Mandaron a un tipo, a una persona que vive entre nosotros: !!!!!tiene nombre y apellido!!! que por supuesto, no diré. Se me transformó, así que no estoy inventando nada.


SOMBRAS REPTILIANAS

Ok, sin darle mas vueltas al asunto, voy a tratar de contarte desde el principio qué sucede conmigo.

A principios de febrero [2012], una noche, mientras dormía, comencé a soñar que flotaba fuera de mi casa, y sólo veía mucha luz. Después de eso, me encontraba dentro de una habitación muy luminosa en un lugar que no conocía, pero que parecía un hospital. Estaba sentada, mirando hacia la puerta de esa habitación. No tenía ningún sentimiento, ni recordaba como llegué ahí, pero tampoco me preocupaba. No había nada en mi cabeza, no pensaba nada y, de momento, veo venir a lo lejos 2 sombras que se acercaban, y se hacían más grandes. Lo único que recuerdo era terror, un miedo infinito que recorría todo mi cuerpo, y hacía que sintiera un hueco en la boca del estómago, y ganas de llorar, como si supiera que me querían dañar, ó como si ya los conociera, cosa que no podía comprender.

Entonces, me levanté, y me di cuenta que no tenía ropa. Corrí hacia la puerta y traté de cerrar, pero no era una puerta normal que yo conociera, y no pude cerrar, así que esas 2 sombras llegaron frente a mí. Eran unos seres muy grandes: su piel era como la de una lagartija, los ojos alargados, enormes, negros, y el centro amarillo, con la clásica línea de reptil en la pupila. Su cuerpo era musculoso, y me sentía muy pequeña cerca de ellos. Me miraron y al instante estaba paralizada.

Después, recuerdo estar sobre una mesa sin poder moverme. Solamente podía mover los ojos y respirar con dificultad. Estaba cubierta de un líquido frío, y sentía que salían lágrimas de mis ojos, pero no podía emitir ruido. Tenía un dolor intenso en el brazo izquierdo, desde el hueso hasta los dedos. Los escuchaba hablar, pero nunca pude verlos mover la boca. Mencionaban muestras y sacaban muestras de mi, no sé de qué. Después escuché la palabra «compatibilidad», y mi corazón se aceleró mucho.

Estaba muy agitada y me decían que no tuviera miedo, pero estaba aterrada. En ese momento me mostraron a un par de niños, uno muy bebé que parecía tener 3 años o menos. Tenía como chipotitos en la cabeza, o cuernitos, no lo sé muy bien, y otro como mi hijo de 10 años. Eran casi iguales a ellos, pero tenían rasgos humanos y me dijeron que eran mis hijos. Casi enloquecí en ese momento, y uno de ellos le dijo al otro: «Ya nos está mirando. Ya se dió cuenta, tenemos que apurarnos», y me tocaron la frente.

Después de eso, recuerdo estar recostada en mi cama, cerca de las 3.30 de la mañana, muy asustada; mi esposo, super dormido. Y lo dejé así, como un mal sueño; pero algo dentro de mí, me decía que no era un sueño.


BUENOS RECUERDOS: LOS RUBIOS

Días después, comencé a recordar lapsos de mi vida que no recordaba. Es decir, al principio pensé que eran sueños, pero se hacían más claros con los días: contactos con seres muy amorosos, desde que tenía aproximadamente 6 u 8 años. En ese momento, sólo los veía como luz, pero con los días se fueron aclarando, hasta que vi rostros muy humanos, rubios, muy altos y jóvenes, ojos azules, los cuales me enseñaban cosas y hablaban conmigo. Para mi, era hablar con Dios y los ángeles, mientras crecía. Fue muy cotideano para mí, así que los veía como mi familia, y ya no me causaban asombro, así que lo olvidé.

La primera vez que los ví, estaba en mi habitación, y una nube de luz muy grande y densa entró a mi recámara mientras dormía, pero mi hermana no se despertó. Me invitaban a ir con ellos, y yo iba en las noches, a veces con mi cuerpo, y otras sólo con el alma o espíritu, o como gustes llamarle. Durante las visitas, me dan algún tipo de clases, y no sólo estoy yo: hay muchos humanos también. Las clases que nos dan, son de todo, desde historia hasta matemáticas y física, incluso ecología.

Recuerdo que me dejan tareas. Es como si tuviera que buscar información o nombres, que luego compruebo que sí existen; por ejemplo, Hermes Trimegisto o Erich von Däniken, o nombres de libros, que luego busco. Las veces que soy llamada o me buscan, me deslizo através de agua, llego por medio de una piscina o algo así. Los lugares donde me han impartido esta especie de clases son de piedra casi siempre. Te repito, no sólo a mi, a mucha mucha gente nos enseñan. Pero si gustas, luego te cuento con detalle todos esos encuentros. Imagínate, recuerdos de toda mi vida.


MALOS RECUERDOS: REPTILES Y OTROS

Claro que no todo es bueno. Junto con estos recuerdos, también llegaron los malos recuerdos y la manipulación mental y física que me han hecho desde no sé cuando. Recuerdo que me han llevado junto con mis hijos. Ellos no lo recuerdan, pero yo sí. No sé si a ellos les han hecho algo, pero lo que me han hecho a mí, ha sido tan monstruoso que no se lo deseo a nadie. He recordado incluso que me han llevado y en algún tipo de trance, donde puedo moverme, manipulan mi mente para que desee tener relaciones sexuales, con ellos u otro humano que también están igual que yo.

No sólo los reptiles, recuerdo a un ser muy distinto de cuerpo muy delgado, piel casi blanca. Yo mido 1.60 mts, y ese ser quizá pasaba los 2 mts. Tenía un rostro pequeño oval. No le vi oídos. Ojos negros almendrados enormes, naríz pequeñísima y boca igual. Brazos muy largos. En algún momento, mientras este ser tenía relaciones sexuales conmigo, yo estaba sobre él; me despabilé, y salí de ese trance. Fue horrible: el lugar era un habitación muy oscura, pero extraña. No había muebles, ni ventanas. Ni siquiera vi una puerta. Era como estar en el piso. Estábamos sólos. Traté de safarme, y sentí que en la espalda tenía púas largas. Me asusté mucho. Me sujetó muy fuerte, y no pude hacer nada. Sentí como si cayera en un sueño muy profundo, pero éste es sólo uno de los tantos recuerdos que ahora me llegan a la mente.


CURANDERO METAMORFO

Desde que esto comenzó, todo fue confusión. Tanto, que un día una amiga me dijo:

—Vamos a ver a un Italiano que está en la ciudad ahora, y que cura con energía. Tal vez te pueda ayudar.

Ella no tenía ni idea de que me pasaba; así que fui. Ya sabes, clásico italiano guapetón, joven; pero yo ni lo conocía, así que no tenía confianza de decirle mucho. Entonces nos dejaron sólos y me dijo:

—¿Qué te trae hasta mí?

—Bueno —le dije—, yo no conozco nada de ti, o de lo que tú haces, pero sé por «S» que curas con energía. No sé cómo me puedas ayudar. Yo no necesito que me curen con energía. Yo necesito saber qué pasa conmigo.

Y él me dijo:

—Ok, cuéntame, y verás cómo sí te puedo ayudar.

Comencé a contarle, no con mucho detalle, pero en un momento me dijo:

—¿Y cómo sabes que estos seres son malos?, ¿Qué tal si te están ayudando?

Le dije:

—Por lo que me hacen sentir, me siento abusada y los recuerdos que me llegan de ellos, son aterradores. Ya no puedo dormir, y siento terror cuando llega la noche. He estado también recordando experiencias con otros seres, y no es así: ellos son amorosos, y nunca me dañan.

Entonces, insistió en que no tenía que preocuparme, porque eran seres buenos los que me contactaban, claro que no le creí. Entonces, me dijo:

—Acércate, vamos a hacer un ejercicio —y me acerqué.

Estábamos sentados uno frente a otro, y puso su mano izquierda palma arriba, y me dijo:

—Pon tu mano derecha palma abajo sobre la mía.

Lo hice. Después me pidió:

—Mira a mi frente, a mi tercer ojo —me dijo—, y yo miraré a tu tercer ojo; pero veas lo que veas, no te espantes, ¿ok?

—Muy bien —y lo hice.

Pasaron unos segundos, cuando comencé a sentir inmovilidad en todo mi cuerpo. Casi no podía respirar; mis ojos, muy abiertos, me ardían, y no podía cerrarlos ni hablar, y en mi mente escuchaba una voz que me decía: «No tengas miedo», y lo repetía mucho.

Mientras yo lo miraba fijamente, comenzó a cambiar su cara, y a transformarse en un reptil, tal cual lo habia visto en mis anteriores contactos; con la diferencia de que en él, los rasgos humanos eran mayores, y los ojos eran azules. No podía creer lo que veía, pero no me podía mover, y me dijo:

—No queremos dañarte. No queremos interferir en tu vida. No nos temas. Tu genética, y la de tus hijos es distinta, y está lista para el cambio —y sentía como entraba en mi mente.

Entonces parpadeó, y me pude mover y cerrar los ojos. Le grité:

—!!!!!Qué rayos fue eso!!!!! Te transformaste!!!!!!!!

Y me dijo:

—Sí, los seres de luz hablaron a través de mí.

Y le dije:

—Pues, lo que yo ví, no era de luz.

Entonces, me dijo:

—Los seres de luz tienen muchas formas. Te asustas, porque no entiendes, pero son los ángeles de la antigüedad. Sólo abandónate, y deja que sigan su trabajo. No interfieras, de cualquier modo seguirán llegando por ti. Tienes 2 opciones: cooperar con ellos, o siempre sufrir estos encuentros.

Salí corriendo, y mi amiga esperaba con más gente que iba a consultarlo. Cuando salió él a despedirnos, ya no podía ocultarse. Yo veía sus ojos cambiar, y era espantoso ver que nadie más veía lo que yo; y yo, muy asustada, le decía:

—¡¡Los veo en tus ojos!!

Y él me contestaba:

—Claro, es normal. Yo también veo a través de los tuyos.

Ya en mi casa, aún mas confundida que antes, le conté a mi esposo lo que estaba pasándome. Fue muy complicado, pero trató de entenderme y cuidarme, aunque el pobre no sabe que ya también se lo llevaron.


HOMBRES DE NEGRO Y OTROS SUCESOS

Me dormí, y cual fue mi sorpresa que en uno de los sueños de esa noche, tocaron a mi puerta, y al salir a abrir en mis sueños, estaban 2 hombres de traje negro: uno con sombrero que esperaba, y otro al frente que, al abrir, me disparó en la cabeza mientras decía:

—¡¡¡Ya deja de hablar!!!

Yo caí al piso, y mi sensación era la misma de estar paralizada, con los ojos muy abiertos. Me desperté inmediatamente, y comprendí que ya tenía que dejar de contar lo que me estaba pasando.

En la mañana siguiente, me di cuenta al salir en familia que, en algún momento de la semana, había perdido mi tarjeta de débito; así que regresé a casa, y me senté en la cocina a pensar qué había hecho durante la semana, para saber si recordaba donde la dejé. Mi sorpresa y casi locura, fue que no recordaba casi nada de lo que había hecho esa semana. Se me olvidaron días enteros en que no sé qué hice.

Entré en pánico y hablé al banco para cancelar mi tarjeta. Al checar mi saldo, faltaba muchísimo dinero, pero el último movimiento lo hizo mi marido, y fue para depositar. Nadie más había sacado nada ni movido nada. Yo discutía con el despachador del banco, y él me decía que no había error: eso era lo que marcaba la computadora.

Al otro día, fui al banco, saqué nuevamente la tarjeta y, al checar mi estado de cuenta, nuevamente todo estaba ahí, ya no me faltaba nada; así que fue mucho más confuso aún. «¿Qué sucedía? ¿Por qué todo esto pasaba al mismo tiempo?». Así que decidí no hablar más, hasta que leí la historia de tu página. Y cuando me decidí a escribirte, hackearon mi cuenta, y tardé algunos días en recuperarla.


EPÍLOGO

Me he informado, y hablado con gente que también ha sido llevada por distintas razas, y el regalo más maravilloso que me han dado es saber que podemos defendernos de ellos. Sólo basta con decir «no», pedir ayuda a los seres de luz, a Dios e incluso nuestro ángel guardián. Ya he podido pararlos 2 veces. Es muy complicado, porque el control mental es mucho, pero ya te lo contaré en otro mail.

Por favor, dile a la gente que crea en esto, y pida proteccion antes de dormir, porque es cuando más expuestos estamos. Somos como una frecuencia de radio abierta, puesta ahí para el mejor postor.

Estos últimos días he estado ya más tranquila, aunque los recuerdos siguen llegando, tanto buenos como malos. Me he rodeado, gracias a mi hermano, de gente que conoce de esto un poco, y me han ayudado mucho. Ahora sé que puedo defenderme de estos contactos que tanto daño me causan. Ya he podido parar un par de veces, aunque es complicado, y sigo teniendo contacto también con seres de luz.

A veces, ya no es necesario que me lleven. Puedo oirlos en mi cabeza. Me hablan cuando estoy meditando, o cuando estoy a punto de quedarme dormida, y podría jurar que entablo conversaciones en las cuales me dan información seguida de secuencias de números. Por ejemplo, empecé por ver en todas partes 11.11 ó 1.1.1.1 ó 101 y así. Me dijeron que voy en la secuencia del 7, y ahora lo veo por todos lados. Les pregunté que significaba, y me dijeron que es un código almacenado en nuestro ADN que se está activando; no sólo para mí, para todos los seres humanos.

No tengo ningún mensaje que dar, no me han dado ninguno; pero he aprendido con ellos que el cambio es interior, que cuando tú cambias y decides vibrar alto, y el aura brilla, no tienes que convencer a nadie: el contagio de vibración y de brillo, es automático.