Un equipo de científicos e ingenieros del Jet Propulsion Laboratory de la NASA ha dado un paso importante para "escuchar" las ondas gravitatorias: ondulaciones en el espacio y el tiempo predichas por Albert Einstein.
La investigación, realizada en un laboratorio del JPL en Pasadena, California, puso a prueba un sistema de láser que volará a bordo de la propuesta de misión espacial denominada Antena Espacial de Interferómetro Láser, o LISA. El objetivo de la misión es detectar las señales sutiles del espacio, como el susurro de las ondas gravitacionales, que aún no se han observado directamente. Esta no es una tarea fácil, y aún quedan muchos desafíos por delante para poder ser obtenida.
Las nuevas pruebas del JPL suponen un hito importante, lo que demuestra por primera vez que ese ruido, o fluctuaciones aleatorias, puede ser escuchado gracias a la capacidad silenciadora de ruido del haz láser que podrá obtener la tecnología de LISA.
"Con el fin de detectar las ondas gravitacionales, tenemos que hacer mediciones muy precisas", dijo Bill Klipstein, un físico en el JPL. "Nuestros láseres son mucho más ruidosos de lo que queremos medir, así que tenemos que eliminar ese ruido con cuidado para obtener una señal clara. Es un poco como oir una pluma al caer en medio de una fuerte tormenta", dijo. Klipstein es co-autor de un artículo sobre las pruebas de laboratorio publicado en Physical Review Letters.
El equipo del JPL es uno de muchos grupos de trabajo relacionados con LISA, un proyecto conjunto de la Agencia Espacial Europea y la NASA que, si se selecciona por la agencia espacial estadouinidense, se lanzará a partir del año 2020.
Uno de los objetivos primarios de LISA es detectar directamente las ondas gravitacionales. Los estudios de estas ondas cósmicas comenzaron hace décadas cuando, en 1974, los investigadores descubrieron un par de estrellas muertas en órbita, denominadas púlsares, que fueron moviéndose en espiral cada vez más cerca hasta una pérdida inexplicable de la energía. Esa energía se demostró más tarde que se transformó en ondas gravitacionales.
La misión propuesta equivaldría a un triángulo gigante de tres naves espaciales distintas, conectadas por rayos láser. Estas naves espaciales volarían en formación alrededor del Sol, a unos 20 grados detrás de la Tierra. Cada una incluiría un cubo de platino y oro que flota libremente en el espacio. Como las ondas gravitacionales pasan por la nave espacial, haría que la distancia entre los cubos, o masas de prueba, se alterase en cantidades casi imperceptibles, pero suficientes para que los instrumentos extremadamente sensibles de LISA sean capaces de detectar los cambios correspondientes en el láser de las barras de conexión
Silenciado el estruendo de los rayos láser, LISA será capaz de oír al universo tararear en voz baja una melodía basada en las ondas gravitacionales, informa la NASA.
Fuente: ep