Según hipótesis no científicas, las Líneas Ley, líneas de luz, líneas de energía, líneas espirituales (entre otros nombres). serían unas alineaciones de energía, que habrían sido construidas con algún propósito desconocido por pueblos prehistóricos, y que se localizarían en la mayoría de los lugares sagrados del mundo, como los círculos de piedras o monumentos megalíticos, iglesias, cementerios, etc.
El nombre de Leys o Líneas ley se debe a un arqueólogo aficionado, llamado Alfred Watkins, quien publicaría su libro Old Straight Track brought en 1921. Desde entonces, estas supuestas líneas llamarían la atención de diferentes grupos, entre ellos el Cristianismo Evangélico de corte carismático pentecostal, que creen en ellas como herramienta de Mapeo espiritual en lo que denominan Guerra Espiritual o Batalla Espiritual.
Entre las teorías sobre el posible origen de estas supuestas fuentes o puntos focales (vortex point) se cuentan la arquitectónica y la de la Geometría Sagrada, entre otras. Otros autores piensan que dichos puntos serían de origen natural y producidos por corrientes subterráneas, o líneas espirituales de acceso y salida para toda clase de manifestaciones paranormales.
Hoy en día, el trazado y las cartografías de estas líneas son usados por diversas corrientes religiosas o de pensamiento como la Nueva Era, la ufología, el esoterismo o el ocultismo.
La leyenda de estas Líneas de Poder, empezaría en la Gran Bretaña; el folclore druídico llamaba a la energía de la tierra wyvern Los Druidas creían que esta energía se deslizaba como una serpiente a través del suelo como las corrientes telúricas. Quienes estudian la religión druídica creen que estas líneas telúricas son vías espirituales que recubren todo el planeta.
Creían también que estas energías nacían del tránsito acuífero de los subsuelos o de las grietas de terrenos que entran en fricción, al igual que de los magmas subterráneos del planeta. Así pues en la creencia druida; estas energías serían la manifestación misma de la vida sobre la tierra y el origen de su fertilidad.
Algunos de sus lugares sagrados son Glastonbury o la catedral de Chartres, erigida sobre un antiguo bosque sagrado de los celtas galos (el bosque de los Carnutos).
De igual modo creían que esas energías cruzaban los cielos y el interior de la tierra, a modo de cauces energéticos que, en ciertos parajes concretos, daban una condición específicamente benéfica a la acción de las corrientes telúricas del subsuelo, y creaban allí un lugar privilegiado, que los druidas marcaban mediante menhires o dolmenes. Posteriormente estos lugares se convertirán en centros rituales y ceremoniales, donde para acrecentar o favorecer esas manifestaciones energéticas, se cultivaba con danzas e invocaciones. Así la creencia era que estos lugares estaban favorecidos por la Madre-Naturaleza, y las aguas subterráneas simbolizadas por Dana, Diosa primigenia, otorgadora de la Vida, y la Serpiente Cósmica, quien sacaba de si el Huevo Cósmico (balain, balaun), repleto de nueva Vida y Energía.[8] [10]
Así pues los druidas se consideraban a sí mismos como Hijos de la Serpiente cósmica, (Naddred, Adder) los cuales en sus creencias se dirigían a estas zonas de poder para recibir los beneficios físicos y espirituales en estos espacios. Era ahí donde los celtas rendían culto a la Diosa-Tierra y demás entidades divinas que albergan las fuentes, lagos, ríos o manantiales.
HISTORIA Y ORIGEN DE LA PALABRA
Piedra ceremonial Druida, enterrada en un punto de poder o lugar sagrado
Alfred Watkins (1865-1935) Un galés; gerente jubilado de una cervecería, anticuario, fotógrafo, arqueologo aficionado y explorador de lugares antiguos, notó después de visitar y fotografiar varios lugares en la Gran Bretaña, que estos lugares estaban alineados en sincronía, por todo el Reino Unido, siendo la primera la que lleva su nombre en el condado de Herefordshire. En 1922 publicaría el libro Early British Trackways, ampliando sus teorías en su otro libro The Old Straight Track, 1925. Otros Europeos, y de otros continentes como John Muir, Henry David Thoreau y William Stukeley desarrollarían la noción de tales lineas: uno de ellos fue John Michell, quien identifico 22 alineamientos, pero Watkins seria quien le pondría el nombre de pila a tales lineas. La mayor parte de su vida profesional se la pasaría viajando por toda Gran Bretaña, lo que le llevaría a prestar atención a ciertas alineaciones entre los antiguos centros religiosos paganos tales como túmulos, círculos de piedras y monolitos (e incluso algunas iglesias cristianas primitivas, que solían estar construidas sobre restos de santuarios paganos más antiguos). Watkins acuñó el término de líneas ley, (ley lines) a partir del hecho que, los lugares donde estas líneas se cruzaban o terminaban tenían a menudo nombres que acababan en -ley, -ly o -leigh, (del Anglosajón antiguo que significa (prado), (tierra limpia o despejada) Y afirmaba que estas líneas eran antiguas vías comerciales y procesionales paganas, que conectaban los antiguos lugares de adoración.
Estas teorías de Watkins fueron rechazadas por la arqueología oficial como divagaciones de un fantasioso, argumentando que los antiguos pueblos de la tierra no poseían la motivación, o sofisticación (conocimientos) para alinear tales lugares, y la apariencia de linealidad solo se debía a la casualidad. pero las líneas ley pronto ganaron popularidad, y muchas personas de diferentes creencias como los ocultistas y místicos sugirieron que podrían tratarse de líneas de poder, por las que un adepto podría controlar las fuerzas místicas de la propia tierra. Esto le pareció a Watkins de mal gusto pues su idea no era mistificar su descubrimiento, sino demostrar que los antiguos edificadores poseían un vasto conocimiento en la construcción de vías y astronomía, además el no creía en tales cosas, aunque más tarde debido a la popularidad de las lineas comento:
"Me siento como un hombre común, sacerdote astrónomo, Druida, brujo, ermitaño y quien lee la mano, quienes mas o menos estuvieron unidos a tal conocimiento antiguo y de poder, aunque degenerándose llego a su ocaso."
Alfred Watkins
Después de 20 años de mapeo en 1940 los entusiastas de estas lineas formaron una asociación internacional llamada The Old Straight Track Club (El Club de los Antiguos senderos, rectos). Así comenzaron nuevas ideas dejando atrás la simple idea de Watkins y de caminos con un solo propósito, comenzando una nueva etapa en el terreno espiritual. Entre las nuevas teorías que fueron surgiendo se encontraba que estas lineas visibles trazaban los canales naturales telúricos de la tierra, y el mundo espiritual. Entre las tecnicas usadas para su localización estaban la radiestesia o el psiquismo. Después de la segunda guerra mundial este movimiento perdió interés y no volvió a resurgir hasta 1969. En 1977 seria formada la Dragon Project Trust (DPT), por Paul Devereux con el objetivo de estudiar los megalitos y los centros de poder. Entre los interesados por este fenómeno se encuentran Ernst Hartmann, y Nigel Pennick del Institute of Geomantic Research, en Cambridge, Inglaterra.