Nuestro pasado histórico es como un gran puzzle: Mitos, leyendas, excavaciones arqueológicas, antiguas tablillas, extrañas ruinas, dibujos en cavernas, etc… pueden utilizarse para construir una hipótesis de trabajo. A partir de este material, puede construirse un impresionante e interesante mosaico. Pero tradicionalmente se ha enfocado con un patrón de pensamiento preconcebido en el cual las piezas aparentemente siempre se pueden colocar.Un evento prehistórico puede haber sucedido de diversas maneras.
Tenemos el derecho y el deber de dudar de cada patrón de pensamiento y de cada hipótesis de trabajo aceptados, porque si las ideas existentes no pueden transformarse en preguntas, la investigación ha finalizado. Así que nuestro pasado es sólo relativamente cierto. Si aparecen nuevos indicios, las viejas hipótesis deben ser reemplazadas.
Nuevos conocimientos sobre el universo, el macrocosmos y el microcosmos, en tecnología, etc… han modificado completamente nuestra imagen del mundo en que vivimos. Hoy sabemos que los viajes espaciales no son una utopía.
Estamos familiarizados con el milagro de la televisión y podemos calcular las consecuencias de la teoría de la relatividad.¿Cuándo se hará algo decisivo para dar una respuesta convincente para los enigmas prehistóricos? Mientras nuestro pasado esté sin descubrir, una de las vías de entrada al futuro estará sin escribir. ¿Acaso no puede el pasado ayudar a lograr soluciones técnicas que no tendrán que ser encontradas por primera vez porque ya existieron en la antigüedad? Hasta hoy, que se sepa, no se han usado aparatos modernos para medir la radiación en Tiahuanaco, Sacsahuaman, la legendaria Sodoma, o el desierto de Gobi.Los textos cuneiformes y las tablas de Ur (en Sumer), los libros más antiguos de la humanidad, cuentan sin excepción sobre “dioses”, que manejaban barcos en el cielo, sobre “dioses” que vinieron de las estrellas, que poseían armas terribles y que volvieron a las estrellas.
¿Por qué no buscamos a esos antiguos “dioses”?Nuestros radioastrónomos mandan señales al universo para hacer contacto con inteligencias desconocidas. ¿Por qué no buscamos antes las huellas de inteligencias desconocidas en nuestra tierra, que está mucho más cerca? Las huellas están aquí para los que las quieran ver.Aquella vieja fórmula que definía a la historia como speculum vitae humanae, y en cuyo asilo se amparaba la investigación para reclamar la verdad, para buscarla sin partido ni polémica, ha terminado por revelarse inservible.Durante años han existido ideas falsas sobre lo acontecido en el pasado.
La llamada Arqueología prohibida, es aquella que nos muestra descubrimientos, que de revelarse, obligarían a reescribir la historia, existen anomalías que nos indican que algo inquietante ocurrió en el pasado, hechos que no encajan en la” teoría oficialista”.En todo el mundo aparecen evidencias de tecnologías imposibles.¿Y que hacen los historiadores y arqueólogos?, pues pasarlos por alto, silenciarlos, son hechos que no encajan dentro de las teorías elaboradas por ellos, y si los reconocieran oficialmente se resquebrajaría, todo el edificio académico con tanto esfuerzo construido.Es posible que la historia de la Humanidad sea una farsa, que nos ocultan nuestro verdadero origen.Su búsqueda de respuesta a estas preguntas ha quedado plasmada en las cosmogonías y mitos de todos los pueblos de la Tierra. Según la Historia, el Imperio Antiguo Egipcio comenzó sobre el año 3.000 a. C. Las noticias históricas más tempranas en Mesopotamia nos hablan del 4.000 a. C. De esta fecha hacia atrás en el tiempo, es cierto que siguen hallándose algunos vestigios y huellas humanas en el pasado, pero todo empieza a volverse muy confuso..
.Existen indicios que demuestran que la Historia retrocede mucho más en el tiempo de lo que siempre se ha creído, en una época remota en la que todavía no existían ni los seres humanos. Pero sí habitaban y reinaban en la Tierra otros seres.
Una época remota enterrada por la arena del paso del tiempo, pero de la que conservamos algunos recuerdos...Nuestros antepasados nos contaron en sus escritos muchas cosas, por ejemplo que aconteció un Diluvio Universal, un relato que aparece en todas las civilizaciones del mundo, y confirmado en la Biblia. Pero para la Ciencia e Historia de la actualidad, todas estas referencias no son sino fabulaciones y mitologías de unos antepasados “atrasados”.
Los arqueólogos prefieren refugiarse en los mitos y su falsa concepción como fantasías de los antepasados, antes que tener que reescribir una historia llena de falacias y sostenida por muchos años como verdades.“La verdad es, la historia puede ser”……..
Tenemos el derecho y el deber de dudar de cada patrón de pensamiento y de cada hipótesis de trabajo aceptados, porque si las ideas existentes no pueden transformarse en preguntas, la investigación ha finalizado. Así que nuestro pasado es sólo relativamente cierto. Si aparecen nuevos indicios, las viejas hipótesis deben ser reemplazadas.
Nuevos conocimientos sobre el universo, el macrocosmos y el microcosmos, en tecnología, etc… han modificado completamente nuestra imagen del mundo en que vivimos. Hoy sabemos que los viajes espaciales no son una utopía.
Estamos familiarizados con el milagro de la televisión y podemos calcular las consecuencias de la teoría de la relatividad.¿Cuándo se hará algo decisivo para dar una respuesta convincente para los enigmas prehistóricos? Mientras nuestro pasado esté sin descubrir, una de las vías de entrada al futuro estará sin escribir. ¿Acaso no puede el pasado ayudar a lograr soluciones técnicas que no tendrán que ser encontradas por primera vez porque ya existieron en la antigüedad? Hasta hoy, que se sepa, no se han usado aparatos modernos para medir la radiación en Tiahuanaco, Sacsahuaman, la legendaria Sodoma, o el desierto de Gobi.Los textos cuneiformes y las tablas de Ur (en Sumer), los libros más antiguos de la humanidad, cuentan sin excepción sobre “dioses”, que manejaban barcos en el cielo, sobre “dioses” que vinieron de las estrellas, que poseían armas terribles y que volvieron a las estrellas.
¿Por qué no buscamos a esos antiguos “dioses”?Nuestros radioastrónomos mandan señales al universo para hacer contacto con inteligencias desconocidas. ¿Por qué no buscamos antes las huellas de inteligencias desconocidas en nuestra tierra, que está mucho más cerca? Las huellas están aquí para los que las quieran ver.Aquella vieja fórmula que definía a la historia como speculum vitae humanae, y en cuyo asilo se amparaba la investigación para reclamar la verdad, para buscarla sin partido ni polémica, ha terminado por revelarse inservible.Durante años han existido ideas falsas sobre lo acontecido en el pasado.
La llamada Arqueología prohibida, es aquella que nos muestra descubrimientos, que de revelarse, obligarían a reescribir la historia, existen anomalías que nos indican que algo inquietante ocurrió en el pasado, hechos que no encajan en la” teoría oficialista”.En todo el mundo aparecen evidencias de tecnologías imposibles.¿Y que hacen los historiadores y arqueólogos?, pues pasarlos por alto, silenciarlos, son hechos que no encajan dentro de las teorías elaboradas por ellos, y si los reconocieran oficialmente se resquebrajaría, todo el edificio académico con tanto esfuerzo construido.Es posible que la historia de la Humanidad sea una farsa, que nos ocultan nuestro verdadero origen.Su búsqueda de respuesta a estas preguntas ha quedado plasmada en las cosmogonías y mitos de todos los pueblos de la Tierra. Según la Historia, el Imperio Antiguo Egipcio comenzó sobre el año 3.000 a. C. Las noticias históricas más tempranas en Mesopotamia nos hablan del 4.000 a. C. De esta fecha hacia atrás en el tiempo, es cierto que siguen hallándose algunos vestigios y huellas humanas en el pasado, pero todo empieza a volverse muy confuso..
.Existen indicios que demuestran que la Historia retrocede mucho más en el tiempo de lo que siempre se ha creído, en una época remota en la que todavía no existían ni los seres humanos. Pero sí habitaban y reinaban en la Tierra otros seres.
Una época remota enterrada por la arena del paso del tiempo, pero de la que conservamos algunos recuerdos...Nuestros antepasados nos contaron en sus escritos muchas cosas, por ejemplo que aconteció un Diluvio Universal, un relato que aparece en todas las civilizaciones del mundo, y confirmado en la Biblia. Pero para la Ciencia e Historia de la actualidad, todas estas referencias no son sino fabulaciones y mitologías de unos antepasados “atrasados”.
Los arqueólogos prefieren refugiarse en los mitos y su falsa concepción como fantasías de los antepasados, antes que tener que reescribir una historia llena de falacias y sostenida por muchos años como verdades.“La verdad es, la historia puede ser”……..