MADRID, 5 Dic. (EUROPA PRESS) -
La nave espacial Voyager 1 de la NASA se ha adentrado finalmente en una nueva región entre nuestro sistema solar y el espacio interestelar. Los datos obtenidos de la Voyager en el último año revelan esta nueva región como una especie de "purgatorio cósmico", según definición empleada por el Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) de la agencia espacial estadounidense.
En esa zona, el viento de partículas cargadas que fluye desde nuestro sol se ha calmado, el campo magnético de nuestro sistema solar se acumula, y las partículas de alta energía del interior de nuestro sistema solar parecen escapar hacia el espacio interestelar.
"Voyager nos dice ahora que estamos en una región de estancamiento en la capa más externa de la burbuja alrededor de nuestro sistema solar", dijo Ed Stone, científico del proyecto Voyager en el Instituto de Tecnología de California en Pasadena. "Voyager está mostrando que lo que hay fuera le está empujando hacia atrás. No deberíamos tener que esperar mucho para saber lo que en realidad es el espacio entre las estrellas".
A pesar de que Voyager 1 está a unos 18.000 millones de kilómetros del Sol, todavía no está en el espacio interestelar. En los últimos datos, la dirección de las líneas del campo magnético no han cambiado, lo que indica que Voyager todavía está dentro de la heliosfera, la burbuja de partículas cargadas que genera el sol alrededor de sí mismo. Los datos no revelan exactamente cuándo traspasará el borde de la atmósfera solar hacia el espacio interestelar, pero esto puede producirse de unos pocos meses hasta unos pocos años.
Los últimos hallazgos, presentados este lunes en la reunión de la Unión Geofísica Americana en San Francisco, provienen de los instrumentos de partículas cargadas de baja energía, el subsistema de rayos cósmicos y el magnetómetro.
SURCANDO LAS AGUAS CELESTES
Los científicos ya habían dado cuenta de que la velocidad hacia el exterior del viento solar disminuyó a cero en abril de 2010, marcando el inicio de la nueva región. Directores de la misión de la nave la rotaron varias veces esta primavera y verano para ayudar a los científicos a discernir si el viento solar soplaba con fuerza en otra dirección. No era asi. Voyager 1 está surcando las "aguas celestes", en una región similar al mar en calma de la Tierra, donde hay muy poco viento.
Durante el año pasado, el magnetómetro de la Voyager también detectó una duplicación de la intensidad del campo magnético en la región de estancamiento. Al igual que los automóviles se acumulan en la salida de una autopista, el aumento de la intensidad del campo magnético muestra que la presión hacia el interior del espacio interestelar está compactándolo.
Voyager ha estado midiendo las partículas energéticas que proceden de dentro y fuera de nuestro sistema solar. Hasta mediados de 2010, la intensidad de partículas que se originan desde el interior de nuestro sistema solar había sido estable. Sin embargo, durante el último año, la intensidad de estas partículas de alta energía se ha reducido, como si se produjera una fuga hacia el espacio interestelar. Las partículas son ahora la mitad de abundantes que en los últimos cinco años.
Al mismo tiempo, Voyager ha detectado un aumento de 100 veces en la intensidad de electrones de alta energía de otras partes de la galaxia que pasan de fuera a dentro de nuestro sistema solar, que es otra indicación de que la frontera se aproxima.
EL VIENTO SOPLA HACIA NOSOTROS
"Hemos estado usando el flujo de partículas energéticas cargadas en la Voyager 1 como una especie de manga de viento para estimar la velocidad del viento solar", dijo Rob Decker, investigador en el laboratorio de Física Aplicada de la Universidad Johns Hopkins.
"Hemos encontrado que la velocidad del viento es baja en esta región. Por primera vez, el viento sopla hacia nosotros. Estamos, evidentemente, viajando en un territorio nuevo completamente. Los científicos habían sugerido que podía haber una capa de estancamiento, pero no estábamos seguros de que existía hasta ahora", agregó.