Al amanecer de este día -11-03-2011- un gran terremoto en escala 8.9 Richter, atacó al Japón como principio del final de todas las estructuras y gobiernos del planeta:
Profecía y visión que el argentino Benjamín Solari Parravicini grafica ahora con lujo de detalles en sus tres puntos o círculos rojos que demarcan la secuencia final de eventos mundiales, exactamente en las fechas 2010, 2011 y 2012, determinando que desde ahora, la humanidad penetra en la desencarnación masiva, donde todos debemos morir, pues ninguno de los habitantes terrestres preparamos nuestros cuerpos para la inmortalidad; nuestra mente siempre fue mortal, nos acostumbramos a ver la muerte como la única solución a los sufrimientos o como la culminación de nuestra existencia, donde después no hay nada y el cuerpo con esta necedad de la mente, obedece y muere.
Y agoniza por agotamiento, enfermedad y vejez… trágicamente por guerra, cansancio de vivir y en la mayoría de los casos, por pecado o violación a la Ley Suprema…
“Porque lo que sucede a los hijos de los hombres, sucede a las bestias… como mueren los unos, así mueren los otros, y una misma respiración tienen todos; ni tiene más el hombre que la bestia; porque todo es vanidad” (Eclesiastés 3:19)…
“Japón descubrió a Japón”, el país de más alta tecnología del mundo, ahora no la tiene para luchar contra un tsunami y sus terremotos: “Gritará lo que halló”, que se hundirá para siempre; con este cifrado Parravicini marca los tres tiempos para el mundo final; pues este gráfico introductorio al tema de los tres puntos, el momento que vive, va más allá de ser un objetivo visual, marca con sus cinco soles, a su vez, el quinto tiempo, otro contenido cifrado en todas sus psicografías, donde perviven con mayor fuerza, los tres puntos círculos, o tres tiempos de este contenido profético final…