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jueves, 8 de marzo de 2012

EL FENÓMENO OVNI SEGÚN JACQUES VALLÉE (3)


Lo que sigue son extractos de la obra Crónicas de otros mundos (Un punto de vista científico sobre el fenómeno OVNI), por Jacques Vallée.
Dimensions: A Casebook of Alien Contact. (1988)
Ediciones Tikal

LA COMPONENTE PSÍQUICA: LA METALÓGICA

‘Lo que hace que esas observaciones (ovni) sean interesantes a mis ojos es, precisamente, lo que rechazan los especialistas de otras disciplinas científicas haciéndolos apartarse con horror: su absurdo aparente (…) Algunos hombres de ciencias prosiguen esta tarea a pesar de la absurdidad aparente de los datos. Su trabajo para comprender el enigma de los ovnis está centrado, cada vez más, en la componente psíquica de los informes, que indica ya sea una comunicación real con el testigo, ya sea una influencia directa inexplicable por los medios físicos ordinarios’.
Vallée nos cuenta el caso sucedido en Francia, 1968, a un doctor. El testigo se despierta de madrugada al escuchar los gritos de su bebé de 14 meses, que está señalando a la ventana. El doctor tenía una herida en la pierna, causada por un accidente. Se asoma por la ventana y observa que fuera hay relámpagos, observando también dos ovnis con forma discoidal que, finalmente, se fusionan en uno solo. La herida del testigo desapareció al instante, al igual que las secuelas físicas sufridas por su participación en la Guerra en Argelia. Días después del suceso ovni, al doctor le salió en la piel una marca triangular, de color rojizo, alrededor del ombligo. La misma marca apareció poco después, en el mismo sitio, al bebé. La pigmentación con forma de triángulo aparecerá y desaparecerá durante años, al menos hasta 1986. El doctor vive episodios de telepatía, levitación, e incluso actúa sobre relojes y circuitos eléctricos, que se estropean en su presencia.
Vallée menciona otro caso:

‘1954, región rural francesa: un hombre que regresaba a su casa a lomos de su caballo, tuvo que soltar las riendas del animal después de que éste se elevara un metro del suelo al sobrevolar un objeto circular oscuro el camino a gran velocidad’.

‘Tales situaciones tienen –frecuentemente- la calidad poética profunda y paradójica de los cuentos religiosos orientales (“¿qué ruido hace una sola mano cuando aplaude”?) y las expresiones místicas de la cábala judía que contienen referencias a una “llama oscura”. Si uno trata de comunicar una verdad que se sitúa más allá del nivel semántico que puede alcanzar el lenguaje del auditorio, uno se ve obligado a construir contradicciones aparentes para el significado ordinario.’

Respecto de esto último, Vallé hace referencia a una pregunta realizada por uno de los pilotos de un ovni al humano protagonista del encuentro: ‘¿Estoy en Italia o en Alemania?’. El científico añade:

‘¿Qué científico tomaría en serio semejante historia? ¿Qué autoridad arriesgaría su reputación exigiendo una investigación? (…) Un agente desconocido que quisiera sustraerse a la intelectualidad y a la iglesia, escapar de las autoridades militares sin perturbar ni el nivel político ni los mecanismos administrativos de una sociedad, infundiendo profundamente en esta sociedad dudas con respecto a su doctrina filosófica fundamental, no actuaría de otro modo. Al mismo tiempo, por supuesto, semejante proceso debería dar una explicación de sí mismo para escapar a toda detección. En otros términos, debería proyectar una imagen justo más allá de la estructura de creencias de la sociedad en cuestión. Debería perturbar y tranquilizar al mismo tiempo, explotando la credulidad de los fanáticos y la estrechez de mente de los detractores. Precisamente, eso es lo que hace el fenómeno ovni’.

Es aquí, precisamente, cuando viene como anillo al dedo lo publicado hace sólo unos días. Las palabras del investigador Antonio Ribera sobre el fenómeno ovni, y mis comentarios al respecto:
‘Cuando me preguntan si «nos invadirán» o «cuándo establecerán contacto», suelo responder que, de hecho, ya nos han «invadido» (de una manera discreta y sigilosa) desde hace años —los casos recopilados en este libro, ínfima parte de los ocurridos, así lo demuestran, y en cuanto al contacto, lo han establecido ya... con quienes ellos han querido (no, desde luego, con los políticos pomposos y vociferantes, ni con los científicos oficiales, de los que nada aprenderían, y mucho menos con los militares, a los que sólo les interesarían las posibilidades bélicas de su maravillosa tecnología). Y quienes ellos han querido han resultado ser, por lo general, hombres y mujeres sencillos, del montón, no especializados.’

Tavo:
Se observa en el autor (Ribera) -a la hora de mencionar con quiénes no han establecido contacto los alienígenas- un prejuicio concreto hacia políticos, científicos y militares. Es comprensible. Ahora bien -sin que suene a reproche-, cuando se lee esta obra no se halla en Ribera un razonamiento que nos permita pensar que la decisión tomada por los alienígenas esté justificada, precisamente por un bien mayor. No parece que haya nada especialmente encomiable en la decisión de esas inteligencias por establecer contacto con la gente sencilla, del montón. A mi parecer, el contacto, per se, es una amenaza en cualquiera de los casos. Y lo es por varias razones:
*Desconocemos la procedencia de dichos entes. La explicación dada por las entidades -de que provienen de otros planetas- no es satisfactoria.
*Desconocemos si, como parece, están aquí, acompañándonos, desde que el mundo es mundo.
*Desconocemos su grado de implicación en la dinámica de la historia humana, especialmente en el ámbito religioso.
*Y, sumando oscuridad, desconocemos sus intenciones, no así sus mensajes, envueltos en un atractivo ropaje de esperanza y buen rollo.
Arrojando luz, y otorgando peso a la suspicacia, decir que los comunicados que diseminan entre sus elegidos terrestres conducen a una filosofía –cada vez más extendida- de inoperancia.
Mi sospecha -basada en la perfecta teatralidad que flota en los contactos directos con humanos, en mensajes narcotizantes que invitan a no razonar, y en el componente traumático existente en el capítulo de las abducciones- es que la elección de la gente llana como interlocutor no es algo a lo que se ven obligados por las miserias existentes en política, ciencia y militares. Los alienígenas han optado por el público mayoritario por simple predilección (como lo hicieron con los niños de Fátima); como el depredador que no se enfrenta al pastor ni a los perros, sino que condiciona al ganado de una forma muy poco explícita.
Como la nación que subvierte al pueblo de su enemigo, para que el camino de la intervención directa se allane consistentemente con mucha antelación, y con vocación de permanencia.
Dicho esto, y volviendo a Antonio Ribera, aclarar que el investigador se adhiere a la Hipótesis Interdimensional propuesta por Jacques Vallée.
Continuamos, ahora sí, con Jacques Vallé:

‘La metalógica es un tipo de coherencia que se encuentra en este tipo de diálogos: “¿Un unicornio tiene un cuerno en medio de la frente?” “Sí” “¿Los unicornios existen?” “No”. Los amantes de platillos volantes piensan que los ovnis son simplemente máquinas empleadas por visitantes de otros planetas. Esta creencia es totalmente ingenua. La explicación es demasiado simplista para dar cuenta de la diversidad de comportamiento de los ocupantes y de su relación con los seres humanos. ¿Este concepto tendría como misión la diversión y el enmascaramiento de la naturaleza real, inminentemente más compleja, de la tecnología que engendra los avistamientos?’

‘He aquí, pues, brevemente, cinco nuevas proposiciones basadas en los hechos a los que hemos pasado revista hasta aquí:

1* Los ovnis no son, propiamente hablando, ni objetos ni volantes. Se pueden desmaterializar y violan leyes del movimiento de la manera como los conocemos.

2* Los ovnis han sido vistos durante la historia y siempre han recibido una explicación en el marco de cada cultura: dioses o viajeros del cosmos. Los pilotos de las aeronaves de 1897 declararon: “Venimos de Kansas” o incluso “Somos de cualquier lugar… pero mañana estaremos en Grecia”.

3* De los informes ovni no se desprenden necesariamente visitas del espacio. Podrían venir del tiempo. Si la conciencia puede manifestarse fuera del cuerpo, el abanico de hipótesis es aún más vasto.

4* La clave para comprender el fenómeno está en los efectos psíquicos: cambios en la vida del testigo, desarrollo de habilidades.

5* El contacto entre los testigos humanos y el fenómeno ovni se produce siempre en condiciones controladas por este último. Su característica es un factor de absurdidad que conduce -a las capas superiores de la sociedad en cuestión- a rechazar la historia. Los símbolos transmitidos por el encuentro son absorbidos a un nivel profundo. El mecanismo de esta resonancia entre el símbolo ovni y los arquetipos del inconsciente humano, han sido demostrados abundantemente por Carl Jung, cuyo libro, ‘Un mito moderno’, hace numerosas referencias a la importancia, vieja como el mundo, que tienen las señales en el cielo’.
‘No considero el fenómeno ovni como el juego incognoscible e incontrolable de un orden de seres que serían infinitamente superiores a nosotros. No creo que un encuentro con ovnis pueda agregar al ser humano un elemento cualquiera que no posea ya’.

El fenómeno ovni según Jacques Vallée

http://www.tavojimenezdearmas.blogspot.com