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sábado, 6 de agosto de 2011

Otro agujero en la tierra, esta vez en Argentina.-

La imagen impacta. Por la profundidad del abismo abierto en pleno monte y el revuelto de árboles que hasta hace unos días miraban desde muy arriba la tierra colorada que hoy los tapa por completo. “La tierra se tragó al monte”, repiten los lugareños. Y es verdad. Donde antes había una masa de monte natural, hoy queda un pozo de unos diez o quince metros de profundidad por unos 200 de extensión. Fueron dos hectáreas arrasadas por el inexplicable fenómeno del miércoles de la semana pasada.

Uno de los bordes del agujero donde se aprecia claramente el hundimiento.

Llovía mucho esa noche, pero no mucho más que en otras ocasiones. Solo que al amanecer del otro día, el primer colono que vio el panorama, no daba crédito a sus ojos. Y hasta se asustó un poco. Corrió a buscar a su hijo para avisar a los otros vecinos que hasta ahora no encuentran explicación.

Todo ocurrió en Colonia Aurora, en el paraje kilómetro 14 de la ruta 222, a poco más de diez kilómetros de la ruta Costera 2 que llega hasta El Soberbio y a unos 40 de San Vicente.

La chacra pertenece a Orestes Tascheto, un hombre curtido que el próximo mes cumplirá 70 años y nunca vio nada semejante. El lugar está lleno de cerros y profundas quebradas, cubiertas por pasturas de ganado y manchones verdes oscuro de monte nativo. Los colonos viven hace décadas en el lugar, donde cultivan tabaco y crían vacas y aves de corral. A coro, aseguran que nunca vieron nada igual.

Son aproximadamente dos hectáreas de tierras las que fueron afectadas. Algunos atribuyen el “hundimiento” al exceso de agua que proviene de unas lagunas ubicadas a unos 400 metros del “pozo” y a las vertientes que humedecen los potreros. Pero otros juran que escucharon “zumbidos”, chispazos y hasta el ruido de “un avión” al que nadie pudo ver en medio de la tormenta.

El misterio se agiganta si se observa el revoltijo en el que se convirtió lo que antes era un monte.

Zona en donde posiblemente se produjo la explosión de presión.

Desplazamiento de tierra en espiral.

Además de las grandes rocas desplazadas -el doble de la altura de un hombre adulto-, hay árboles centenarios que fueron arrastrados por más de cien metros, pero así como algunos quedaron con las copas caídas en dirección a la pendiente, otros árboles cayeron en sentido inverso. Eso hace suponer que “se hundió” el espacio medio entre la parte más alta del terreno y la más baja.

Es como si el terreno se hubiera convertido en una gran ensaladera y alguien hubiera mezclado los ingredientes.

Sin embargo, los más escépticos hacen notar que la zona es recorrida por un hilo de agua de un pequeño arroyo, alimentado por la cercanía de una laguna que se filtra y humedece el potrero que antecede al lugar afectado.

De acuerdo a esta visión, el agua habría erosionado la tierra desde abajo y la lluvia caída en el último miércoles, terminó con la resistencia de árboles y piedras.

Temor a lo desconocido

El recuerdo viviente del tornado de San Pedro hace que muchos teman salir en noches de tormenta y hasta anticipan que si se vuelve a repetir un fenómeno como el hundimiento, no dudarían en “armar la mochila”.

Primero se llamó a la Gendarmería de El Soberbio y los uniformados no pudieron dar una explicación consistente. Luego los técnicos del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria se hicieron presentes en el lugar para dar un vistazo, y se volvieron con más dudas que certezas.

Marcelo Kusik, responsable del sitio meteorológico Semecem, señala que pudo tratarse de un cambio de “presión” por la carga de agua, que hizo que se deslizase todo el monte barranca abajo. Pero agrega otro dato misterioso: en dos lugares del planeta hubo movimientos similares a la misma hora y el mismo día.

“Nunca vimos algo así y uno mira esto por tele, nunca espera que pase acá. Tenemos miedo”, agrega uno de los vecinos, de los tantos curiosos que se acercan al lugar, que se convirtió sorpresivamente en un atractivo turístico que ya fue visitado por medio millar de personas en los últimos días.

Los testimonios

“Ese día llovía mucho, había muchos relámpagos y rayos. De repente se escuchó mucho viento en un solo lugar. Al otro día mi yerno me dijo: ‘Andá a mirar lo que sucedió, ¡Dios me libre!, es una cosa que solo se tiene que mirar para poder comprender lo que sucedió”, contó todavía asustada Elena Drecher – mujer del dueño de las tierras-.

Los vecinos de la zona, reunidos al borde del agujero en la tierra.

“Se sintió en la casa como un golpe en las ventanas fuerte. Después de ese ruido no conseguí dormir. Yo hoy tengo miedo, mucho dolor de cabeza todos los días, cada vez que voy a mirar lo que pasó no me siento bien, realmente no quiero ir a mirar más. Esto nunca pasó en los casi 40 años que vivo aquí”, relata.

Su marido coincide. “Solo recuerdo que llovía y caían rayos. Pero cuando pasó esto no se escucho ningún ruido en especial. Cuando me contaron creí que era poca cosa, pero cuando ví lo que pasó no lo podía creer. Acá era monte nativo hasta un pedazo, después era capuera. Yo no creo que esto siga por otro lugar, por eso no me da miedo que vuelva a pasar esto”, dice Orestes Tascheto mirando desde la cima del pozo lo que quedó de su tierra.

Con muchos años en el lugar, lo único que puede recordar Tascheto que pueda asemejarse es que “hace doce años se había abierto una zanja de unos 50 metros y la tierra se había corrido como medio metro para abajo”.

José Raúl Rodríguez, vecino de la pareja, fue el primero en presenciar el lugar devastado. “Esto pasó el miércoles a la noche, exactamente la hora no se sabe, yo recién lo vi al otro día cuando estaba buscando un animal que estaba perdido y ahí me doy cuenta del siniestro este. Hasta hoy no podemos entender qué fue lo que pasó”.

“Yo escuché que aparentemente había un avión que estaba dando vueltas pero tampoco puedo decir que sea eso lo que ocurrió. Mi suegro escuchó como si fuera un chispazo de corriente eléctrica o algo parecido, pero fue cuestión de minutos nada más”, cuenta.

“En este lugar solamente había monte nativo, ninguna plantación en especial, nunca se removió nada del suelo, era completamente monte nativo que desapareció casi por completo, como si floreciera la tierra y se tragara el monte”, dramatiza.

“Como vivo cerca me preocupa que esto siga pasando por otros lugares aledaños. Acá en el Paraje Kilómetro 14 hay cerca de 50 familias que vivimos de la producción. Lo que uno cree es que tendría que venir algún experto y darnos certezas de lo que ocurrió”, reclama.

Un joven colono, que pasó sus 28 años en el lugar, se lamenta por el destrozo.

“Nunca calculé que esto iba a ser así de esta manera, realmente me sorprendí cuando vine a mirar. Yo tengo 28 años por esta zona y siempre me metía al monte a jugar cuando era chico. Yo me acosté aquel día a la noche y me desperté, no conseguí dormir pensando en lo que había ocurrido y cómo fue. Unos dicen que fue un rayo, otros un meteorito, pero es medio imposible que pase eso. Todas las cosas que están pasando preocupan, a veces uno duda de Dios, nunca se cree que nos pase a nosotros pero con esto, se tiene la experiencia propia”, dijo Magno Rodríguez.

Y siguen bastos…

¿Cómo no relacionar este hecho con los misteriosos hundimientos de similares características que en los últimos meses ocurrieron en Guatemala, México, China, Francia y otros países? Pese a algunas explicaciones convencionales (del tipo “ocurren sobre sedimentos calcáreos erosionados por el agua de filtración”) este “amontonamiento” de episodios idénticos tiene, cuando menos, que llamar la atención y hacernos formular algunas preguntas.

La primera, ¿es fortuitamente accidental?

La segunda, que estos hechos ocurran contemporáneamente a un largo período de debates y filtración en Internet sobre la proliferación de “armas geológicas por parte de agencias gubernamentales de algunos países del Primer Mundo (y NO confundir con el proyecto HAARP, que sería, quizás, un “arma climatológica”), ¿es posible sustraerse a la sensación de tratarse, todos ellos, de “disparos de prueba” sobre países inadvertidos?

Las tercera, ¿casualidad que el lugar se llame “Aurora”?

Publicado por Arkantos @ 30 julio 2011