Volvemos a traer a DESPERTARES el conocimiento que está transmitiendo Morféo desde la página “detrás de lo aparente”. La raza humana se encuentra actualmente atrapada como trofeo de una lucha oculta que se está llevando a cabo a un nivel que muchos aún no percibimos, esta es la explicación de por qué nos mantienen atrapados en el caos, la miseria, la corrupción y la vileza. Los seres humanos vivimos engañados una realidad subjetiva, una realidad falseada que se nos construye desde el poder mediante la educación, la política, los medios de comunicación, la ciencia y las religiones. Nos mantienen atrapados en el materialismo para que no descubramos quiénes somos realmente y nos ocultan los increíbles avances de la ciencia de los que el poder dispone dejándonos ver sólo unas pocas migajas.
Por favor, estudien cuidadosamente estos conocimientos que les harán comprender quiénes somos, de donde venimos realmente, por qué estamos aquí y la razón de ser de la humanidad. Habrá términos que les resulte difícil de comprender todavía, pero no se preocupen, confíen en su intuición para encontrar la verdad poco a poco. No tengan miedo a descubrir la realidad, hay muchas personas como Morféo que están ahí para ayudarnos y hacernos despertar y salir de la oscuridad que nos envuelve por poco tiempo ya.
NOTA: cuando habla de la unidad de carbono, se refiere a nosotros, el humano.
LOS CREADORES
En todo relato sagrado sea de la religión o filosofía que sea, está la historia de la creación del hombre. Éste sin lugar a dudas, por lo menos desde el punto de vista religioso, fue creado por un Dios o Dioses en un determinado momento de la historia de la creación. Su motivo o motivos difieren según la interpretación de cada etnia, pero todas concuerdan en algo, el hombre como especie fue creada por decisión y voluntad divina. Ahora veamos la parte oculta de la creación del hombre, aquella que las primeras humanidades conocían y que nos fue negada en esta humanidad por los amos. El universo consciente, Dios, el Uno, el Todo, el Absoluto o como quieran llamarle, crea mediante su voluntad y la palabra (sonido), todo lo conocido (materia) que en realidad es energía, a través del código fuente de la creación, los fractales u octavas. Estas descienden desde el universo consciente que llamaré desde ahora el primer “Do”, por medio de la luz. La primera voluntad del “Do” fue la luz, porque sin ella no habría creación, no se podría propagar la octava. Esta octava descendente (Do-si-la-sol-fa-mi-re-do) fue el primer sonido emitido por el “Do” en la materia, el verbo, la voz de Dios, a partir de ahí todo aconteció por plan divino, como una figura de piezas de dominó por la cual al caer la primera todas las demás caen en forma sucesiva hasta terminar la figura. Pero para que esto suceda correctamente la secuencia de la octava no debe ser interrumpida ni desviada, es entonces donde entran en acción los “choques conscientes”, el primer choque consciente de la primer octava de la creación entre Do-si (Do-choque-si), es llenado por voluntad divina, el deseo del “Do” por manifestar la materia, y el segundo choque de la primer octava entre fa-mi (fa-choque-mi), es llenado por la vida consciente en el universo, el “ser”. Hasta aquí la cosmogénesis inicial, a partir de la segunda octava entran en escena los Dioses mayores (logos) creadores del universo conocido, (macrocosmos), son nombrados por la filosofía tibetana como los “jardineros o formatierras”, y recién en la tercera octava descendente aparecen los Dioses creadores del hombre, los Demiurgos. Estos dioses menores fueron los encargados en nuestro caso de engañar al “ser” y atraparlo en la materia mediante el revertimiento de la esfera de consciencia, son los responsables de la creación de las unidades de carbono iniciales por manipulación genética y energética. Estas primeras unidades fueron creadas en serie, no disponían de la capacidad de procreación hasta tiempo después, cuando la demanda de unidades sobrepaso la capacidad de producción y programación, decidiendo entonces su libre albedrío. Estos dioses menores son conocidos a lo largo de la historia con distintos nombres, Elohim, Yhaveh, Jeova, Allah, Anunakis, etc. Son crueles y vengativos, y usan el miedo y la ignorancia como energía de dominación, son los dioses de las religiones, son los amos que aún nos poseen, son los que representan las líneas de sangre, las unidades originales, son a los que responden los círculos de poder, los programadores, los ejecutores, los de segunda y primera línea, los gerentes de empresa, el monstruo de cuatro cabezas, etc. Parte de estos dioses menores viven aun entre nosotros, no son solo los creadores de las unidades de carbono, también son los creadores de otras especies que usaron y usan para su beneficio y que tienen participación activa sobre nuestra sociedad.
CIENCIA Y CONCIENCIA
Comencemos con la etimología y definición de la palabra ciencia, según Wikipedia, “(del latín scientia‘conocimiento’) es el conjunto de conocimientos sistemáticamente estructurados obtenidos mediante la observación de patrones regulares, de razonamientos y de experimentación en ámbitos específicos, de los cuales se generan preguntas, se construyen hipótesis, se deducen principios y se elaboran leyes generales y esquemas metódicamente organizados.” Resalto “sistemáticamente estructurados”, como principio fundamental para su rigidez. Si yo le dijera que el teorema de Pitágoras (c² = a² + b²) que expone, que en un triángulo rectángulo, el área del cuadrado de la hipotenusa “c” (el lado de mayor longitud del triángulo rectángulo) es igual a la suma de las áreas del cuadrado de los catetos “a” y “b” (los dos lados menores del triángulo, que conforman el ángulo recto), no es correcto en la matemática de la realidad general, porque ésta se aplica a la geometría euclidiana tridimensional, y el espacio en la realidad general es globalmente hiperbólico, me comerían vivo. Existe una ciencia subjetiva para las unidades de carbono comunes, basada en la práctica de esta definición sobre la realidad subjetiva, y una ciencia objetiva real, oculta para la mayoría, basada en la realidad general. Podríamos decir que hay dos líneas paralelas de conocimiento científico, una real y objetiva, y la otra irreal y subjetiva, pero no por esto menos practicable en esta dimensión. Los amos son poseedores de la real, nosotros de la irreal. Parte de esa ciencia real “olvidada”, está hoy en día siendo aplicada sin que nosotros lo sepamos. Tengan en cuenta que el avance científico de los últimos 50 años es superior al de toda la historia de la humanidad desde sus comienzos. Todo comenzó a principios del siglo XX cuando determinadas unidades de carbono tuvieron acceso de forma subconsciente a la memoria genética y a parte de la consciencia del “ser”, tal vez por decisión del “Do” tratando de equilibrar la octava, o porque así estaba dispuesto, descubriendo secretos guardados por miles de años. Estos científicos descubrieron el tronco del árbol y comenzaron a recorrerlo hacia la copa. Nikola Tesla y Albert Einstein fueron algunos de ellos. Como siempre la intervención de los amos no se hizo esperar, apropiándose del conocimiento y desvirtuando nuevamente el camino, creando una octava paralela para manejar la situación y que éste no llegue a la masa de la sociedad. En el año 1943 se hace el primer experimento basado en esa nueva ciencia y tecnología, es conocido públicamente como el “experimento Filadelfia”, llamado también “proyecto arcoíris”, a partir de ese momento los acontecimientos se desarrollaron de una manera exponencial, todo se catalogó como de máximo secreto y se produjo el primer acto de intervención del “Do” mediante sus representantes para tratar de frenar y acomodar la octava del conocimiento científico. Su propuesta fue rechazada pues se consideró inviable por el poder de turno, pues el requisito exigido era el desarme mundial y la entrega del conocimiento a la totalidad de la población. Los representantes de la octava del “Do” se retiraron sin lograrlo. Al poco tiempo una raza perteneciente a la octava del Demiurgo y creada también por los amos, hace contacto con las autoridades mundiales ofreciéndoles conocimientos tecnológicos y científicos a cambio de la no intervención en sus actividades. Esta propuesta es aceptada y una octava secundaria sobre la paralela fue puesta en acción. La ciencia real estaba a salvo nuevamente, oculta a los ojos de la mayoría y manejada solo por unos pocos elegidos. Desde ese momento el desarrollo tecnológico y científico pegó un salto cualitativo y cuantitativo, pero había que entregar algo a la ciencia subjetiva de las unidades de carbono para mantenerlas ocupadas y conformes, alejadas del verdadero conocimiento científico, (el microchip por ejemplo, obsoleto en comparación de lo que existe, es una de tantas tecnologías entregadas), así fuimos avanzando a cuenta gotas según se nos permitía y daba, mientras por otro lado se avanzaba a océanos de conocimiento. La diferencia que existe entre la ciencia subjetiva y la real es de cientos o tal vez miles de años. Los viajes en el tiempo y entre dimensiones, la teletransportación, los viajes espaciales a distancias imposibles, el contacto con civilizaciones extraterrestres, la energía libre y gratuita, los portales de salto, las bases en marte, la cura de enfermedades actualmente incurables, la manipulación de las octavas, etc., es moneda corriente en determinados sectores del poder oculto. Lo demás, es la rama del árbol, que seguimos empeñados en recorrer. La ciencia actual conocida está en la época de las cavernas comparada con la ciencia real oculta. Lana y forraje para las ovejas, vestidos y carne para los amos.
LUCES Y SOMBRAS
fragmento Hiperbóreo |