MADRID, 27 May. (EUROPA PRESS) -
Diminutos cristales de un mineral llamado olivina verde caen como si fuera lluvia en una estrella emergente, de acuerdo con las observaciones del telescopio espacial Spitzer de la NASA.
Esta es la primera vez que tales cristales se han observado en las nubes de polvo de gas que colapsan alrededor formando estrellas. Los astrónomos debaten cómo llegaron hasta allí estos cristales, pero los culpables más probables son los chorros de gas que surgieron de la estrella embrionaria.
"Se necesitan temperaturas tan altas como las de la lava para que se formen estos cristales," dijo Tom Megeath, de la Universidad de Toledo en Ohio. Él es el investigador principal y segundo autor de un nuevo estudio que aparece en Astrophysical Journal Letters.
"Proponemos que los cristales se formaron cerca de la superficie de la estrella en formación; a continuación, fueron transportadas dentro de la nube circundante donde las temperaturas son mucho más fríos, y finalmente cayeron de nuevo de forma resplandeciente."
Los detectores infrarrojos de Spitzer descubrieron la lluvia de cristales alrededor de una estrella distante del tamaño del Sol, pero en estado embrionario, denominada HOPS-68, en la constelación de Orión.
Los cristales se presentan en forma de forsterita. Pertenecen a la familia olivina de minerales de silicato y se pueden encontrar por todas partes, desde una piedra preciosa a las playas de arena verde de Hawai pasando por las galaxias remotas. La misión Stardust de la NASA y las misiones Deep Impact detectaron estos cristales durante sus estudios de los cometas.
Estos cristales de forsterita ya fueron vistos antes en los discos formadores de planetas que rodean a estrellas jóvenes. El descubrimiento ahora de estos cristales en una nube en torno a una proto-estrella es sorprendente debido a las temperaturas más frías de la nube, de menos 170 grados Celsius. Esto llevó al equipo de astrónomos a especular con que los chorros pueden ser el medio de transporte de los cristales hacia el exterior frío de la nube.
Los hallazgos también podrían explicar por qué los cometas, que se forman en las afueras frías de nuestro sistema solar, contienen el mismo tipo de cristales. Los cometas nacen en las regiones donde el agua se congela, mucho más fría que la temperatura abrasadora necesaria para formar los cristales, de unos 700 grados Celsius. La teoría más aceptada sobre cómo se produjeron estos cristales en los cometas es que los materiales de nuestro joven sistema solar jse mezclaban en un disco de formación planetaria. En este escenario, los materiales que se formaron cerca del sol, como los cristales, con el tiempo emigraron a las regiones exteriores, más frías, del sistema solar.
"Telescopios infrarrojos como Spitzer y Herschel ya están proporcionando una visión interesante de cómo se mezclaron todos los ingredientes del guiso cósmico que dio lugar a los sistemas planetarios" dijo Bill Danchi, astrofísico y científico senior en la sede de la NASA en Washington.