Cálculos de unos investigadores sugieren que si nunca hemos encontrado un artefacto extraterrestre en nuestro Sistema Solar puede ser porque aún no hemos buscado lo suficiente
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La humanidad ha transmitido mensajes dirigidos a posibles civilizaciones extraterrestres desde 1974. Dos sondas Pioneer con placas que describen cómo somos ya han abandonado nuestro Sistema Solar, y las naves Voyager, que contienen discos con decenas de sonidos e imágenes característicos de nuestro planeta, están a punto de cruzar la misma frontera. Además, nos dedicamos a enviar emisiones de radio a través del radiotelescopio de Arecibo, en Puerto Rico, todo con la esperanza de que alguien ahí arriba nos encuentre. Sin embargo, ¿por qué no hemos descubierto vestigios de otra civilización haciendo lo mismo? Un par de investigadores de la Universidad Penn State (Pensilvania, EE.UU.) han realizado una aproximación matemática al problema y han llegado a la conclusión de que, simplemente, aún no hemos mirado en suficientes lugares para asegurar que ningún artefacto extraterrestre existe en nuestro Sistema Solar. Es decir, solo hemos buscado la aguja en un pequeño rincón del pajar.
La investigación tiene mucho que ver con la famosa paradoja de Fermi, una teoría del físico italiano del mismo nombre que se hace la pregunta del millón: Si en nuestro planeta ha surgido vida inteligente y hay miles de millones de estrellas en la galaxia, también ha podido ocurrir lo mismo en algún otro lugar. Pero, en ese caso, ¿cómo es posible que no hayamos tenido noticia de otras formas de vida inteligente fuera de la Tierra? La respuesta a esta pregunta podría incluir que la vida es rara, las culturas inteligentes se destruyen a sí mismas inevitablemente, los seres inteligentes no han llegado hasta aquí o lo han hecho pero no quieren revelar su presencia.
Jacob Haqq-Misra y Ravi Kumar Kopparapu, autores del estudio, que publican online en ArXiv y que ha sido aceptado por la revista Acta Astronautica, creen que «la inmensidad del espacio, combinado con nuestras limitadas búsquedas hasta la fecha, implica que cualquier sonda exploratoria no tripulada de origen extraterrestre podría habernos pasado inadvertida». Aunque no se haya producido contacto, para estos investigadores eso no quiere decir que no pueda haber sondas no tripuladas enviadas por otra civilización para observarnos. Estas sondas, como las nuestras, pueden ser pequeñas y estar escondidas en multitud de lugares. En el cinturón de asteroides probablemente pasarían inadvertidas, sobre todo si miden entre uno y diez metros
¿En Marte o la Luna?
«Artefactos extraterrestres pueden existir en el Sistema Solar sin nuestro conocimiento, simplemente porque todavía no hemos buscado lo suficiente», afirma Haqq-Misra. «Pocas o ninguna tentativa sería capaz de detectar una sonda de ese tamaño». Los científicos han utilizado un método probabilístico para determinar si hemos visto con suficiente atención cualquiera lugar del Sistema Solar para decir definitivamente que no hay objetos extraterrestres allí. Consideran que el Sistema Solar tiene un volumen fijo y calculan los porcentajes de ese volumen que tendrían que ser cuidadosamente examinados utilizando una tecnología capaz de detectar sondas tan pequeñas y dando por sentado que esas sondas no están camufladas conscientemente. Los autores señalan que la mayoría de las búsquedas hasta la fecha no han sido lo suficientemente finas como para que se puedan encontrar pequeñas sondas o para descartar totalmente su existencia.
Después de tener en cuenta una variedad de posibles sesgos, como que «el universo está lleno de vida» o que «la vida es rara», el equipo desarrolló una ecuación que se puede aplicar a una parte del volumen del Sistema Solar para determinar si se ha realizado una búsqueda suficiente para asegurar que no hay objetos extraterretres dentro de ese volumen. «La superficie de la Tierra es uno de los pocos lugares del Sistema Solar que ha sido completamente examinado con una resolución espacial de menos de tres metros», dicen. Pero aun cuando los humanos se han extendido a través de la superficie sólida de la Tierra, todavía hay cuevas, selvas y desiertos, así como el fondo del océano y las zonas del subsuelo que no han sido exploradas. A pesar de esto, creen que la Tierra tiene un alto grado de confianza como para decir que no alberga algún artefacto extraterrestre.
La Luna y Marte han sido examinados por el hombre en una pequeña parte. La nave Lunar Reconnaissance Orbiter mapea nuestro satélite natural con una resolución de aproximadamente 20 pulgadas, por lo que puede llegar a ser capaz de determinar si no hay objetos extraterrestres en la Luna. Sin embargo, los investigadores advierten de que los mapas de superficie pueden no se suficientes para distinguir una sonda espacial de una piedra. El terreno de Marte ha sido menos investigado, así que no se puede asegurar que ahí no haya nada. El cinturón de asteroides y el cinturón de Kuiper también han sido objeto de nuestras exploraciones, pero la gran parte del volumen del Sistema Solar sigue virgen.
«Las búsquedas hasta la fecha en el Sistema Solar son lo suficientemente incompletas para que no podamos descartar la posibilidad de que artefactos no terrestres estén presentes e incluso puedan estar observándonos», advierten los investigadores. El incremento de la exploración espacial quizás pueda darnos una respuesta definitiva.