A lo largo de estos años de contacto extraterrestre, y con la Hermandad Blanca, recibimos una serie de importantes mensajes sobre nuestra naturaleza espiritual y el camino esotérico. Más allá de la aparente retórica que podrían contener algunas de esas psicografías, el caminante podrá identificar en esas comunicaciones un mensaje real procedente de dimensiones y seres superiores. Aquí algunos extractos de mensajes recibidos.
Comunicación 17 de julio de 1999
Lugar: Pueblo Libre
Hora: 8:00 p.m.
Antena: R. González (Grupo Maranga)
Con Amor y luz, Joaquín en contacto:
La experiencia de contacto procura activar un recuerdo que yace dormido. El recuerdo es la llave para restituir el puente de conexión con el Universo; una conexión que debe producirse antes dentro de vosotros, para que así todo lo demás pueda darse por consecuencia lógica. El ser humano posee esa llave, que a través de misiones de contacto busca ser activada para que los designios del Plan Cósmico se vean pronto cumplidos. Por ello se les asignó la presencia de orientadores o Guías, que sólo procurarían activar en vosotros aquel recuerdo y señalarles el camino.
Uno de los principales objetivos de este programa de contacto, es la recepción del Libro de los de las Vestiduras Blancas, que como saben es la memoria matriz de la Tierra, archivada y custodiada por la Hermandad Blanca. Es por ello que los Guías han trabajado intensamente por crear las condiciones adecuadas para el encuentro de los “Hombres del Tiempo” con los “Guardianes del Templo”. Ustedes son los Hombres del Tiempo; porque poseen esa llave de la cual les hablo, lo que permitirá que la Tierra ingrese definitivamente al Real Tiempo del Universo; además que han sido reunidos de diversos tiempos de la historia de vuestro planeta, para integrarse actualmente a la Misión. Como saben, los Guardianes del Templo son los Maestros de la Hermandad Blanca, y el contacto directo con ellos se halla cada vez más próximo para beneficio de toda la humanidad. Han comprobado que en los últimos años de la Misión la Hermandad Blanca ha estado manifestándose entre ustedes con mayor intensidad: a través de conexiones telepáticas más frecuentes; experiencias de proyección; viajes a los diversos Retiros Interiores y encuentros físicos preparatorios para un posterior contacto directo con todos los que se eligieron para llevar a cabo la magna obra. Esto implica una gran responsabilidad, por ello no pidan nada si es que antes no se encuentran preparados y realmente dispuestos.
Hoy, la Misión es para pocos, diáfanos y transparentes. Tan sólo observando a vuestro alrededor podrán verificar que ello es así. En los viajes anteriores predominaba el tumulto, la desorganización y un gran deseo por ser protagonistas. En los viajes que hoy están realizando, son pocos, sinceros y decididos, quienes participan como uno más en la consecución de los objetivos. Muchos han olvidado que la Misión de contacto es una experiencia diaria, que apunta a ser el horizonte de vuestras vidas, llevando paz y amor donde el corazón sensible lo necesita. Es penoso observar que la Misión se convierte en una rutina, en una distracción de un fin de semana, una alternativa de escape, o una actividad a la cual se comprometen cuando no hay nada que realizar en vuestro quehacer diario. La Misión es contacto, es vida, es unión, un despertar de consciencia hacia una auténtica espiritualidad que debe ser consecuente y constante. Se les dijo que no quedaría uno de cada mil de los que escucharon el mensaje, la voz de alerta ante el gran cambio. Ciertamente ello se ha venido cumpliendo, y finalmente tendrá que ser así. No hay tiempo y deben caminar unidos para trabajar por la transformación de vuestras mentes y del planeta. El mundo está sufriendo el cambio de etapa; la deficiente organización del hombre, basada en un sistema que obedece a intereses creados, ha hecho perderse a muchos. Sabemos que es difícil mantenerse en el camino estando rodeados de tanta injusticia, mentira y desorden; sin embargo, comprendan que ello también estaba dispuesto para que pudiesen crecer, y constituirse, en base a toda la experiencia adquirida, en verdaderos soles en la Tierra. El Profundo no los probaría más allá de vuestras posibilidades, y ello bien lo han aprendido.
Amados hijos, les recuerdo una vez más que ser parte de esta Misión está más allá de hacer una salida de contacto, realizar las prácticas en los grupos de estudio o acumular nuestros mensajes; es más que eso. Es la unión del Cielo y la Tierra; es entablar lazos con diferentes civilizaciones que, desde lejanas estrellas, observan vuestro proceso como un ejemplo para la evolución cósmica. Si no lo entienden, traten de sentirlo.
No se afanen por cuidar lo que poseen en el plano material, porque todo ello pronto no será más y no conduce a ninguna parte. Acumulen sabiduría y experiencia en vuestro interior, porque ello sí les será útil. Aprendan a discernir; las responsabilidades que tienen con vuestras familias, en un mundo de tercera que implica presión en lo social, en lo económico, en donde prima la dejadez, comodidad e inconstancia; con la coherencia del mensaje del cual dicen ser portadores. Herramientas han recibido por parte nuestra para ayudarles en el objetivo de activar la clave del recuerdo, de la cual pende el éxito de la Misión; sin embargo, también han olvidado lo que alguna vez se les entregó.
Sí amados hijos, es necesario recordar que esta Misión es y será más que todo eso. Vuestro espíritu debe vibrar al unísono con el destello de la más brillante estrella; y vuestra mente debe estar tan clara como las aguas de un manantial natural que fluye de la dura roca. La Misión es amar, y amar es entregar, es cambio, es crecer. Están más cerca de lo que imaginan, mas no posterguen las expectativas que sobre ustedes pesa. El tiempo así lo necesita. Ha llegado el momento de tomar la posta, el momento del cambio... Estén atentos.
Que el Amor, la Luz, y el Poder, los cubra por siempre.
Desde la Base Azul, Joaquín.
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