Javier Stagnaro
Austerria. Los Túneles de Agartha en América
Entrevista Exclusiva
Débora Goldstern©
A Javier Stagnaro, quién inaugura nuestra entrevista del día, lo conocí hace unos cuántos años, cuando comencé la aventura Tayos. Este investigador argentino, fue la primera persona que me introdujo en los enigmas del enclave subterráneo ecuatoriano, y en gran parte responsable de mis inicios en esta investigación, ya que la idea original era tan solo hacer un simple artículo. Aquellas revelaciones como digo, produjeron un antes y después en mi camino actual, y marcaron la senda por venir en cuanto a futuros estudios.
Con la aparición de “Austerria. Los túneles de Agartha en América”, sentimos es un buen momento pare retomar el contacto con su autor, saldando de paso una vieja deuda de reconocimiento, y porque además como el lector va a interiorizarse, estamos ante uno de los “libros del año” en cuanto a la temática subterránea, siendo quizás, uno de las mejores obras que alguna vez se hayan escrito sobre el género.
Me imagino sos conciente que tu libro, Austerria. Los túneles de Agartha en América, está destinado a causar un alto impacto entre aquellos buscadores centrados en el misterio de los misterios, que en mi caso denomino “mundo subterráneo”.
Y esta presunción me lleva a formularte el primer interrogante de la charla, ¿cómo y porqué se desarrolla tu pasión por el tema?
El cómo y el porqué, tiene que ver con la curiosidad innata de mi personalidad. No sé si es porque nací bajo el signo de Leo, o por la educación que recibí desde chico, ya que mis padres, -y sobre todo mi madre- una mujer muy culta y de mente abierta, me dió total libertad para que yo eligiese lo que más me gustaba hacer –lo cual me permitió contar con una biblioteca importante, la cual estaba en mi habitación, y en la que recuerdo que, entre otros libros, destacaba la colección Robin Hood, de la editorial ACME con obras de literatura universal que vulgarmente se designaba como literatura infantil. Creo que allí surgió mi pasión por la aventura.
Luego más tarde, en la adolescencia ingresé a la Institución Nacional del Scoutismo Argentino (I.N.S.A.), sociedad de caracter laico, fundada a principios del siglo XX por un general inglés (Lord Robert Cecil Stephenson Smith Baden Powell of Gilwell), que muchos años después supe era miembro de la Masonería, y que había aplicado toda la filosofía de la misma en la creación de los estatutos y reglas del Scoutismo, contando con colaboración de otro masón ilustre , el periodista y escritor Rudyard Kippling afincado en la India, que volcó en sus obras la filosofía aportada por el Hinduísmo. Me imagino que ese cócktel mamado desde chico, fue moldeando mis inquietudes. Posteriormente se fue despertando en mí el interés por la ciencia ficción, carrera espacial, ovnilogía, parapsicología y finalmente el esoterismo, donde descubrí o mejor dicho comprendí todo lo que había leído desde chico, y que para la mayoría de las personas solo era literatura fantástica.
En tu trabajo se deja en claro, sin lugar a dudas, la existencia de ese “otro mundo”, inserto en el nuestro, y cuyas leyes internas ignoramos. La reconstrucción de esa historia paralela, remonta a casi los inicios de nuestra vida como especie, y sin embargo, aún con los datos en mano, el asunto subterráneo sigue enmarcado como mito y negándose esa realidad.
Ese otro mundo al que haces referencia, y que puede enmarcarse como "subterráneo" también lo podemos llamar "oculto" y no necesariamente tiene que estar bajo tierra, aunque existan enclaves debajo del suelo que pisamos que sirvan para resguardar ciertos conocimientos, alejados del ojo del profano o del vulgar curioso. Esto último, no lo digo despectivamente, me refiero a quien sólo lo mueve una curiosidad pasajera, y no la búsqueda de conocimiento. Ese mundo "oculto", que nos puede llevar toda la vida encontrarlo, puede estar a la vuelta de la esquina. Esos Maestros Perfectos que mencionaba Madame Blavatsky pueden estar no sólo en los Himalayas o en la Cordillera de los Andes, sino en tu propia ciudad.
En ese sentido puedo decir que he tenido la suerte de conocer personas de carne y hueso que entran en la categoría de sabios, quienes me ayudaron a comprender mucho más que los maestros de los centros de estudios a los que asistí- a lo cuales no desprecio para nada- y más allá de los que nos brinda la literatura universal, que por supuesto nos muestra que los mismos han existido a lo largo de la historia del hombre, desde su mismo origen. En ese sentido, puedo asegurar que ese conocimiento "oculto" o ese "mundo subterráneo" es real a la vez que como mito (no olvidemos que la palabra mito=mutus, proviene de mudo, de lo que se calla o se dice con reserva y no de mentira o falsedad como vulgarmente se cree), y está accesible para aquel que sabe buscar.
Aunque la visión de tu obra acerca del mundo subterráneo tiene una mirada global, hay una vinculación permanente con el continente sudamericano, región donde esta corriente encuentra su mayor adhesión. Algunos creyentes esbozarían: “Todos los caminos parecen conducir al Sur del Gran Triángulo” ¿Existe alguna hipótesis que explique el porque de esta preferencia, o, simple casualidad?
La literatura universal nos ha brindado mayormente los mitos, leyendas, folklore y relatos de viajeros de los continentes de Europa, Asia, África, Oceanía y posteriormente de América del Norte. Por supuesto que los adelantados de la Conquista Americana provenientes de España, Portugal, Francia, Inglaterra, etc., en el siglo XVI nos han dejado relatos de los mitos y leyendas de nuestro continente, pero creo que generalmente, la gente, una vez terminados sus estudios primarios, secundarios o incluso universitarios tiende a olvidar la importancia de los mismos y mira más hacia afuera que hacia adentro (en todo sentido). Me pareció importante, a partir de esas personas que mencioné me ilustraron en lo referente al valor de nuestras raíces culturales-más allá que algunos seamos descendientes de Europeos- rescatar esos mitos y leyendas, sumándole las investigaciones de expertos exploradores y científicos, más las propias, en la búsqueda de elementos que sostienen que tal vez aquí hubo no sólo una cultura igual, sino quizás más antigua que a la de otros lugares del planeta.
Al repasar la compilación de tu escrito, el mismo destaca no solo por su erudición en la materia, sino por los importantes conocimientos herméticos vertidos, condición esta última que considero infaltable cuando se trata de profundizar en el mundo subterráneo. ¿Coincidís?
Mi formación esotérica y artística ha ayudado a darle un sentido holístico (expresión quizás un tanto gastada) a la obra, es decir, que he encarado al tema subterráneo desde todos los ángulos posibles, más allá de lo espeleológico como ciencia o deporte, que sólo aportan datos concretos de una realidad para algunos "objetiva", definición que creo no corresponde más que a un punto de vista, por cierto muy limitada. En este sentido puedo agregar que el espeleólogo Julio Goyen Aguado, que tenía una formación científica, no sólo por sus estudios, sino por el aporte de muchos científicos-que dicho sea de paso, el mismo formó o ayudó a que se instruyeran- que colaboraban con él en Centro Argentino de Espeleología (C.A.E.), no se limitaba a la hora de sacar conclusiones o emitir sus ideas al respecto, en definiciones de caracter académico.
Cuando se analizan los relatos recogidos en Austerria, se evidencia la existencia la una línea conductora, donde ciertas historias parecen confluir en un esquema común, lo cual habla de una especie de patrón repetitivo, que las engloba. A este esquema, se le deben sumar otras características, también coincidentes, como por ejemplo la existencia de fenómenos aéreos desconocidos, aunados a fenomenología de origen paranormal, señales todas, que parecen preanunciar una cercanía de origen subterráneo.
Dados los elementos extraños y coincidentes en determinados parajes denominados por algunos investigadores como "zonas ventana", he encontrado que los mismos se encuentran ligados en muchos casos con tradiciones arcaicas que incluyen en sus cosmogonías el inframundo o mundo subterráneo, y que algunos poemas épicos designan como: infierno, averno o hades, afín a todas las culturas de la tierra. En Sudamérica, Centroamérica y Norteamérica, desde Tierra del Fuego hasta Alaska encontramos estos mitos y leyendas, que para los pueblos aborígenes corresponden a una realidad irrefutable.
Una de las historias que más rescato del libro, sobre todo por la originalidad del enfoque, es el capítulo consagrado a uno de los edificios tal vez más hermosos de la ciudad de Buenos Aires, me refiero al Palacio Barolo. Contame un poco, como se desarrollaron los pormenores de esa investigación.
En cuanto al Pasaje Barolo, como he publicado en mi libro, es un edificio que siempre me llamó la atención, y que he visitado en varias oportunidades. Asistiendo al C.A.E. donde entre sus miembros había varios geólogos, y con quienes conversábamos sobre el estudio y análisis de ciertas piedras y rocas, también charlábamos sobre las propiedades o características de las gemas que vulgarmente se las denomina "piedras preciosas" (esto es por que las mismas tienen "precio" o valor comercial), así nos enteramos que en el edificio Barolo, que es un inmueble, mayormente de departamentos y oficinas de alquiler, funcionaba la Cámara de Joyeros y afines donde se dictaba un curso de gemología. También por gente amiga me enteré que funcionaban algunas sedes de Sociedades Secretas, y posteriormente lo referente al sentido de su construcción que lo vincula al poema del Dante Alighieri conocido como La Divina Comedia.
El Ing. Barolo y el Arquitecto Mario Palanti -su constructor- pertenecían a dos Sociedades Secretas de Filiación Templaria: La Fede Santa y Los Fieles del Amor (Fideli D´Amore), cuyo origen corresponde al de la Italia Medieval. El Pasaje o galería Barolo fue ideado para ser el Mausoleo de los restos mortuorios del Dante, y en centro del Hall había una estatua de bronce de un Cóndor elevando al Dante al Paraíso, que fue robada. El edificio que cuenta con 100 metros de altura se corresponde con los 100 versos del poema. Está ubicado en terreno más alto de la Ciudad de Buenos Aires, y fue el más alto de Latinoamérica construido entre 1917 y 1923 en hormigón armado compitiendo con los rascacielos de Manhattan, New York, U.S.A. Hasta ese momento la edificación más alta en toda Latinoamérica eran las pirámides Mayas de Chichen Itzá o Yucatán en México. En el solsticio de Invierno en el mes de Junio el edificio se alinea con la Cruz del Sur, en mi libro podrán encontrar el misterio al que está ligado este acontecimiento estelar.
Hay muchas lecturas sobre el mundo subterráneo. Una de esas interpretaciones sugiere una mitología consistente, pero sin base real. Otra mirada sostiene la existencia de evidencias, como es el caso de los túneles subterráneos, construcciones que exceden aquello conocido como culturas tradicionales. Pero quizás la hipótesis más audaz, es la que concibe un mundo subterráneo aún en actividad, especie de gobierno en las sombras, el cual para muchos entra en la categoría de vida intraterrena, así como la posibilidad de un planeta hueco en sus entrañas. Supongo tenés alguna posición tomada.
En cuanto a la teoría del Mundo Subterráneo como lugar habitado por una cultura intraterrena-extraterrena, he recopilado una serie de notas o reportes de testigos ovni, que han sido abducidos o secuestrados por entidades supuestamente no humanas y que según sus dichos han sido llevados a bases subterráneas debajo de la Cordillera de los Andes, u otros enclaves en el Continente. Estos relatos coinciden en algunos casos con mitos y leyendas aborígenes de víctimas de otras entidades emparentadas con el mundo feérico, es decir con los seres denominados gnomos o duendes de caracter popular y universal. Exploradores como el húngaro naturalizado Argentino Juan Moricz y el espeleólogo Navarro-Argentino Julio Goyén Aguado, creían y sostenían la existencia de estas categorías de seres que habitan en bases y ciudades intratrerrenas.
Otras personas conocidas por Goyén Aguado, como el Sr. Ernesto Cabrejo, de origen peruano, descendiente de estirpe Amauta, quien residió en Buenos Aires, y que lo condujo a Cavernas de la meseta Marcahuasi en el Perú, conocía la existencia de túneles en dicho país, de factura artificial correspondientes a una cultura intraterrena, donde también se hacía alusión a una raza de gigantes. Relatos similares he recogido en distintas regiones del continente y figuran en mi obra. Mi opinión al respecto, se limita a considerar que las personas que me comunicaron dichos relatos estaban convencidas de su realidad, y que a mi parecer eran honestas en sus declaraciones.
Imposible no consultarte sobre el legendario Juan Moricz, a quién tuviste la fortuna de entrevistar. ¿Qué recuerdos evocás de aquel encuentro?
En cuanto al Sr. Juan Moricz, no sólo tuve la oportunidad de hablar con él durante una hora aproximadamente, cuando se había registrado en un hotel de la Av de Mayo, próximo al Centro Argentino de Espeleología, en una visita a Buenos Aires que realizó en el año 1977, sino, que por intermedio de amigos en común residentes en Guayaquil, Ecuador, estaba al tanto de sus actividades. Posteriormente cuando conocí a Goyén Aguado en 1986, y de allí en adelante hasta el fallecimiento del Sr. Moricz, supe por el vasco (J.G.A.) de pormenores de su vida. De aquella charla con Moricz que tuve en 1977, rescato un comentario que me hiciera sobre la existencia de la biblioteca de las láminas de oro y de otros hallazgos realizados en las Cuevas de lo Tayos.
Dada la importancia de dicho descubrimiento, y que él consideraba que era patrimonio de la Humanidad, pensaba por intermedio del Rey Feisal o Feizal (o algo similar) de Arabia Saudita comprar o alquilar un satélite, para realizar una transmisión a nivel mundial en vivo y en directo, para que dicha información no fuera censurada o suprimida por las potencias que gobiernan el mundo. Este comentario que realicé en mi primera entrevista con Goyén Aguado, y que fue confirmado por el mismo, fue mi pasaporte para ingresar al C.A.E. Moricz no se lo había contado a muchas personas, y Goyén Aguado lo sabía. Sobre sus dichos, sólo él podía responder por los mismos, tengo la esperanza de algún día poder confirmarlos personalmente. Por ahora ciertas pautas me hacen pensar que decía la verdad.
La proximidad del 2012 trajo aparejado un resurgimiento del tema subterráneo, y actualmente hay mayor expectativa sobre esta realidad aún oculta para muchos. Los Andes parecen el foco de irradiación mayor, y nuevamente estas historias como las mencionadas en Austerria, vuelven a luz. ¿Se trata tan solo de una moda, o es que realmente estamos a la puerta de “algo no revelado”?
No sé si la proximidad del año 2012 o la publicidad que se le da a las profecías mayas tenga que ver con la vigencia del enigma de la Cueva de los Tayos y el Mundo Subterráneo. Por mi parte, he puesto por escrito muchas cosas que fui recibiendo a lo largo de mi vida y de mis investigaciones, con la idea de aportar un granito de arena para aclarar, si es posible, a todo lo que ya se ha dicho y publicado en distinto medios sobre el tema la brevedad podrán escuchar por medio de un blog, un audio-reportaje a Julio Goyén Aguado en 1995 en la sede del C.A.E, sobre aspectos inéditos de la vida de Juan Moricz, y de los enigmas de la Cueva de los Tayos, como así también un video con la participación de Moricz y Goyén Aguado rumbo a la Jibaría de Coangos en la expedición a la Cueva de los Tayos de 1968, en Morona-Santiago, Ecuador. Además de eso también tengo pensado mostrar otros videos de exploración espeleológica de Goyén Aguado en la Cordillera de los Andes, y audios realacionados con el tema ovni, por parte de personalidades que he entrevistado en años anteriores.
Pregunta final y obligada. ¿Qué le recomendaría Javier Stagnaro, a quiénes deseen sumergirse en el misterio de los misterios?
Para finalizar, aquellos que quieran saber más que se pongan los borceguíes y la mochila al hombro y se aventuren en la Cordillera de los Andes, donde decía Goyén Aguado moran los dioses. Tal vez en algún recodo se topen con una entrada disimulada que lleva a los "Túneles de Agharta en América", esa mítica "Austerria" como la designaba el ilustre don Florencio de Basaldúa. Suerte. Javier E.Stagnaro
Javier Stagnaro
Infinitas Gracias!
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