Delia Rodríguez
Se está extendiendo por internet como sólo los buenos rumores lo hacen. Con 35.000 vistas en su primer día de vida, contiene un minucioso registro de todas las muertes masivas de animales ocurridas desde que a principios de año cayeran fulminados al suelo de Arkansas miles de pájaros. Después se encontraron muertos peces en ese mismo estado. Más pájaros en Luisiana. Más peces en Florida. Pájaros en Texas. Pájaros en Suecia. Peces en Brasil y en Nueva Zelanda. Cangrejos en Gran Bretaña... Y así hasta que el Apocalipsis Animal se ha convertido en un fenómeno mundial.
A estas alturas y a grandes rasgos existen dos grandes teorías. Una, la que considera que existe una razón detrás de los fenómenos, sean ruidos, campos magnéticos, envenenamientos, extraterrextres, mayas, Kirk Cameron, castigos divinos o lo que se nos ocurra. Otra, la que opina que se trata de un fenómeno puramente mediático y que es la consecuencia de tener a todos los medios del planeta mirando a la vez hacia un mismo punto. Es decir, que si el año pasado nos hubiera dado por fijarnos en los pájaros, las ranas y los peces nos hubiéramos encontrado con resultados parecidos.
Si esta última teoría -la de un increible hype mundial- es cierta y nos da por rizar el rizo podríamos pensar que el fascinante mapa no es el reflejo de las muertes, sino su causa. En el sentido de que sólo cuando los medios y la tecnología nos han permitido poner en común al instante lo que ocurre en puntos remotos de la tierra nos hemos dado cuenta de que esas cosas existen. Vamos, que cada vez es más díficil que un árbol se caiga en un bosque y que nadie lo oiga.
O eso, o es el fin del mundo y nos va a pillar navegando en un Google Map.
Fuente: Blogs El País