Un objeto ha sido descubierto en una órbita alrededor del Sol que es tan similar a la órbita de la Tierra que los científicos tienen la firme sospecha de que sea una etapa de cohete que se escapó hace unos años del sistema Tierra-Luna.
El objeto fue descubierto el 16 de mayo de 2010 por Richard Kowalski en el Catalina Sky Survey, y posteriormente ha sido observado por muchos observadores, incluyendo a Bill Ryan (Magdalena Ridge Observatory) y Peter Birtwhistle (Inglaterra).
Se le dio el asteroide 2010 KQ designación por el Centro de Planetas Menores en Cambridge, Massachusetts, que identificó a su órbita a ser muy similar a la de la Tierra. Refinamientos órbita de Paul Chodas del JPL y el astrónomo aficionado Bill Gray han demostrado que este objeto estaba muy cerca de la Tierra a principios de 1975, pero la trayectoria no se conoce con exactitud suficiente para asociar el objeto con cualquier lanzamiento en particular.
Sin embargo, los científicos no esperan que un objeto natural puede permanecer en este tipo de órbita por mucho tiempo debido a su relativamente alta probabilidad de impacto con la Tierra. Un análisis realizado por Paul Chodas sugiere que el 2010 KQ tiene un 6% de probabilidad de impactar la Tierra en un período de 30 años.
Mediciones espectrales en el infrarrojo cercano de este objeto llevada a cabo por SJ Bus (Universidad de Hawai), utilizando el telescopio IRTF la NASA en Mauna Kea, Hawai, indican que sus características espectrales no coinciden con los de cualquiera de los tipos de asteroides conocidos, y de hecho se similares a las de un cuerpo del cohete.
El objeto de la magnitud absoluta (28,9) también sugiere que es a pocos metros de tamaño, aproximadamente del tamaño de un estadio superior.
Observaciones adicionales en los próximos meses debe permitir a los científicos a discernir con qué fuerza la presión de radiación solar afecta el movimiento del objeto, un resultado que podría ayudar a distinguir un asteroide sólida, rocosa de un objeto más ligero por el hombre.
Incluso en el improbable caso de que este objeto se dirige hacia el impacto con la Tierra, si se trata de un cuerpo asteroide o un cohete, es tan pequeño que se desintegraría en la atmósfera y no causar daños en el suelo.
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Fuente: Nasa
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